Amanecía y los primeros rayos de sol bañaban aquella habitación con su tenue luz, cubriendo sus paredes de un dorado y sutil resplandor, y llegando finalmente a acariciar sin piedad mis ojos y mi boca, anunciando de esa manera el comienzo de un nuevo día que, con toda seguridad, iba a ser aun más maravilloso que los anteriores.
Mientras que me acostumbraba lentamente a la claridad del día, y aun con mis ojos cerrados, disfruté de aquella tranquilidad matutina que aun se podía percibir en el ambiente, y una sonrisa cruzó por mis labios al recordar con lujo de detalles la noche anterior.., noche mágica y especial, noche tanto tiempo necesitada, imaginada, pintada de mil colores, y naturalmente muy deseada. ¡Cuánto la habíamos disfrutado y saboreado!.., la habíamos sazonado con ingredientes muy especiales: algunas pizcas de ternura y de dulzura, mezclada con una buena dosis de sensualidad, deseo y pasión, siempre guiados por nuestros sentimientos, necesidades y emociones intensas..,.lo último que recordaba fue aquel beso antes de cerrar mis ojos, cómodamente protegida por tus brazos.
Extendí mi mano en busca de la tuya, y mi sorpresa fue enorme al notar que estaba sola, lo que me parecía más que extraño...,¿acaso mi imaginación me había jugado una mala pasada? ¿donde estabas, que había sucedido? Incapaz de quedarme un minuto más en la cama, me dirigí a aquellos amplios ventanales para abrir las cortinas totalmente y dejar entrar aun más la luz, al regresar divisé un papel cuidadosamente doblado sobre la mesa de luz con mi nombre, al abrirlo pude leer lo siguiente:
Cariño, no te alarmes si no me encuentras al despertar, pero cuestiones bastante importantes me mantendrán alejado durante toda la mañana de tu lado, aunque la línea telefónica siempre está abierta para tí....Cuídate, nos vemos a la tarde, no bien me desocupe. Besos
Extendí mi mano en busca de la tuya, y mi sorpresa fue enorme al notar que estaba sola, lo que me parecía más que extraño...,¿acaso mi imaginación me había jugado una mala pasada? ¿donde estabas, que había sucedido? Incapaz de quedarme un minuto más en la cama, me dirigí a aquellos amplios ventanales para abrir las cortinas totalmente y dejar entrar aun más la luz, al regresar divisé un papel cuidadosamente doblado sobre la mesa de luz con mi nombre, al abrirlo pude leer lo siguiente:
Cariño, no te alarmes si no me encuentras al despertar, pero cuestiones bastante importantes me mantendrán alejado durante toda la mañana de tu lado, aunque la línea telefónica siempre está abierta para tí....Cuídate, nos vemos a la tarde, no bien me desocupe. Besos
Muchísimo más tranquilizada me encaminé al pequeño bar-restaurante del hotel para tomar mi desayuno. Mientras disfrutaba de unas inigualables, exquisitas y muy sabrosas croissants sonó el teléfono y escuché la alegre voz de Ana:
- Buenos días Moni, ¿como estás? y sobre todo ¿como te ha ido ayer a la noche?
- Fue una noche mágica y y muy especial Ana, la pasamos de maravilla
- ¡Cuanto me alegro! - dime Moni - y después de un pequeñísimo silencio - ¿hasta cuando te piensas quedar en París?
Al escuchar aquellas palabras no podía sentirme más que un poco triste. Aquella estancia parisina tan especial estaba comenzando a hacer estragos en mis finanzas personales, y si no encontraba un lugar más económico muy pronto (algo casi imposible en París que siempre está repleta de turistas), debía pensar en partir pronto. Finalmente, y después de un largo silencio respondí:
- Solo unos pocos días más Ana.., en cinco días mi estadía tocará a su fin...
- ¿Tan pronto? - estaba totalmente sorprendida - ¿y no existe alguna remota posibilidad de extenderla?
- Me encantaría quedarme más tiempo, especialmente después de los últimos acontecimientos Ana, aunque lamentablemente creo que no tengo otra opción, ya que encontrar alojamiento en París puede resultar una tarea imposible, a veces....
- Pero Moni - me interumpió - ¿no solés sostener siempre que todo es posible y que es necesario perseguir los sueños para hacerlos realidad? - otra pausa - dime ¿tienes tiempo de encontrarte conmigo.., en digamos media hora en la recepción del hotel?
Ignorando por completo la real causa de aquel encuentro relámpago acepté:
- Me queda perfecto Ana, te veo pues en media hora.
Puntualmente a la hora señalada nos encontramos en la recepción del hotel, y mientras nos encaminábamos a la calle, dijo:
- Creo que tengo la solución a tu problema Moni - hizo una pausa para proseguir luego - sabes que tengo varias propiedades alrededor del mundo, y aquí en París tengo dos apartamentos, aunque solo utilizo uno de ellos con regularidad - me observó con detenimiento - hemos llegado - sonrió mientras abría la puerta - si deseas te puedes quedar cuanto tiempo desees...
Un hermoso, amplio y acogedor lugar nos dio la bienvenida, su decoración simple, sus colores cálidos invitaban a pasar momentos inolvidables. Las amplias ventanas estaban abiertas de par en par, dejando entrar el cálido sol de primavera, su cómoda y acogedora cocina estaba equipada con los últimos y más modernos electrodomésticos, su dormitorio era precioso.....
Me volví lentamente hacia mi amiga y con lágrimas en los ojos contesté:
- Ana, es un lugar precioso y te agradezco desde el fondo de mi alma..., pero no puedo aceptarlo....
- ¿Pero porque no?... Moni no lo utilizo, está vacío desde hace meses....
- Ana, tendrás gastos extras si yo me instalo aquí - traté de explicar.., la situación, como sabes no es muy sencilla....
- ¡Moni! - me interrumpió - soy totalmente consciente de la situación, y aunque el futuro no es para nadie rosado y bello en tal sentido, es lo menos que me preocupa en este instante - me observó un instante, antes de proseguir - has hecho mucho por mi durante los últimos meses, déjame retribuirte de esta manera tu ayuda, y además me haría feliz que lo aceptaras.
Inmensa e intensamente conmovida contesté:
- Muchísimas gracias Ana, en ese caso acepto encantada tu proposición
Regresé al hotel para cancelar mi estadía y disqué tu número:
- ¡Mónica! - sorprendido por mi llamado tan inesperado agregaste: - ¿Sucede algo cariño?
- Nada y todo está sucediendo - contesté aun con la voz entrecortada por la emoción de los últimos acontecimientos - Acabo de cancelar mi reserva hotelera cariño....
- No te comprendo tesoro..., explícate
- Cariño no te preocupes - contesté - ¿recuerdas a mi amiga Ana? Pues ella me ha ofrecido uno de sus dos apartamentos aquí en París
- ¡Vaya sorpresa más agradable!...,y te convenció ¿cierto?
- Cierto cariño..., anota la dirección...
- Mónica en media hora me desocupo..., - te interrumpí sonriendo - entonces cariño ¿por que no nos encontramos en el Centro Pompidou en digamos una hora?
- Perfecto Mónica, una excelente idea....¿y después?
- Después te sugiero una cena a solas a la luz de las velas - y después de una pausa significativa - solo para comenzar a calentar el ambiente corazón....
- Mónica - casi se te podía escuchar sonreir - que placer, te veré por fin en acción..., pero esta vez en la cocina....
Aquel paseo por el Centro Pompidou (del cual hablaré más extensamente la próxima vez, así como también de aquella cena y de aquel menú), se convirtió, como no podía ser de otra manera, en un interesantisimo viaje de descubrimiento artístico y cultural, finalmente terminamos sentados en la terraza de aquel museo saboreando un refresco y observando París, una vez más, desde las alturas.
Mi estadía en París se había casi mágicamente alargado.., y aquella noche nos volvió a encontrar juntos.., la noche que, una vez más era mudo testigo de nuestros deseos, sueños e ilusiones...., y regresó la pasión, el deseo, la ternura y la dulzura, los besos y las caricias que constituyen el lenguaje especial de dos corazones, dos almas, dos cuerpos, dos amantes..., que mágicamente se convierten en uno.....




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