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miércoles, 29 de octubre de 2014

El desafío de Lucía



Después de un crudo invierno, las primeras señales de la próxima primavera comenzaban a asomar por doquier: algunas flores ya mostraban orgullosas sus primeros pimpollos, los árboles volvían a lucir sus mejores galas festivas y el sol iluminaba toda aquella "pintura natural" en su luz especial. En medio de aquella exhuberante naturaleza se lograba divisar a duras penas, y a la lejanía, una casa. Aquella construcción, realizada completamente en piedra y madera, se integraba a la perfección, tanto al terreno circundante, como al paisajismo natural de aquel lugar. Los postigones abiertos, las cómodas sillas y sillones, y el buen gusto, con el que había sido decorada la circundante galería, hablaban de la dedicación y el cariño de su dueña hasta en el más mínimo detalle decorativo. Una figura femenina acababa de abrir la puerta: era Lucía, aquella niña tan especial, ahora convertida en mujer. Su llegada había no solo revolucionado aquel tranquilo y monótono pueblo, también había logrado iluminar con su encanto especial los corazones de varios de sus habitantes. Con aquella gracia intacta se subió a su bicicleta, tomando, acto seguido, el camino que conducía al pueblo vecino, donde trabajaba como bibliotecaria, e impartía clases de escritura a los niños, de la escuela primaria.

Apenas se había acomodado detrás de su escritorio cuando fue intrrumpida por un grupo de niños. Con ojos expectantes y rostros sonrojados por la emoción, aquellos pequeñuelos la seguían por doquier. Con su paciencia habitual y su alegría sin límites la joven finalmente se detuvo, exclamando, entre risa y risa: 

- ¡Vaya pero que recibimiento tan especial! - sonriendo abrió su bolso - hm..., veamos - prosiguió de manera misteriosa, mientras disfrutaba de aquellos rostros encendidos por la emoción - ¡que raro! - sonrió mientras sacaba del bolso unos cuadernos - ¡he olvidado mi libro mágico! ¿y ahora que hacemos? ¿alguien tiene una idea? ¿no? Pues..., ¡¿que les parece  realizar un pequeño concurso de escritura y escribir, por ejemplo, una pequeña historia?!

- ¿Escribir una historia? ¿Como? Jamás tuvimos tarea semejante - Pablo, uno de los más pequeños (y también uno de los más audaces) defendió el punto de vista de la gran mayoría con gran valentía - creimos que nos leerías un cuento.....


La voz de aquel niño denotaba a las claras su decepción. Con la sensibilidad a flor de piel, la joven se arrodilló al lado de su pequeño amigo, y mirándolo a los ojos contestó: - Pablín, las historias no caen del cielo - lo abrazó carñosamente - cada uno de las historias fue inventada y escrita por una o varias personas. 

El peequeño abrió sorpresivamente sus ojos - ¿También escriben para niños pequeños? - Lucía asintió - ¡por supuesto que sí! y ¿sabes? te diré un secreto - y misteriosamente y en voz baja prosiguió - especialmente escriben para niños pequeños - y antes de poder proseguir, se volvió a abrir la puerta de la sala




- Lucía por fin te encuentro - Marta, una de las tantas colaboradoras de la biblioteca y muy buena amiga de nuestra protagonista, saludó amablemente a los niños - ¿no te has enterado? Los alumnos de primaria de nuestra escuela (y de todos los grados) fueron elegidos para realizar un libro de cuentos e historias para niños..., escritos por ellos mismos. Dicho libro será presentado en la próxima Feria Internacional del Libro Infantil, a principios del curso lectivo del año que viene

- ¡Fantástico Marta! ¡Genial Idea! - y volviéndose hacia los niños - ¿Que les parece? Sus historias aparecerán en un libro que será leído por miles de chicos alrededor del mundo - mientras hablaba sobrevoló aquel grupo de niños cuyos rostros, una vez más, estaban encendidos por la emoción - tarea para nuestro próximo encuentro - anunció con alegría pura - primeros esbozos de la historia o cuento de cada uno de ustedes. Conjuntamente, estoy segura, el resultado será maravilloso

Lucía terminó de ordenar los pupitres y los libros - ¿que te parece Marta? estaba pensando de realizar una cena informal entre colegas y amigos el próximo fin de semana. De paso, nos ponemos al día con las últimas novedades - se detuvo abrúptamente. - ¿Marta? que te sucede? ¡¿Marta?!

- Discúlpame Lucía - con extrema lentitud la joven volvió a la realidad - estoy bastante preocupada por una de nuestras alumnas de las clases inferiores, quizás la hayas visto, su nombre es Paula, comenzó a asistir a nuestra escuela durante el año anterior....

- La recuerdo bien, ¿que sucede con ella? ¿acaso sus notas han empeorado? - preguntó, mientras se volvía a instalar en uno de los pupitres - sigue contando Marta, te escucho




- En realidad, lo que más me preocupa de Paula es su extrema timidez y su soledad - advirtió la expresión de sorpresa en el rostro de su amiga - Paula no suele socializar con ningún otro compañerito/a, además su tristeza es notoria, y lo peor es que no llego a su corazón, es más, cuanto más trato saber la causa de su tristeza y soledad, más se cierra. Fue invitada a varios cumpleaños, pero jamás asistió a ninguno de ellos....

- Pobre niña - por experiencia propia, Lucía sabía bien lo que era la soledad - ¿no te has podido contactar con ninguno de sus padres supongo?....

- Es que allí encontramos otro problema: sus padres murieron al ser bebé, la primera familia que se hizo cargo de ella (fue dada en adopción) la devolvieron al hogar de niños bajo el pretexto de incompatibilidad emocional, y, desde entonces, ha pasado de mano en mano..., nadie quiere hacerce cargo de ella ¿Podrías quizás tratar de llegar a su interior? Tienes tanta sensibilidad y afinidad con los niños Lucía, quizás contigo se abra y te comience a contar algunos de sus secretos - con la promesa de pensarlo las dos amigas regresaron, cada una por su lado, a la tibieza y seguridad de su casa....

Lucía regresó en silencio y pensativamente a su hogar. La historia de Paula la había tocado de manera especial, las similitudes entre ambas estaban a la vista, deseaba poder ayudarla pero..., siguiendo una corazonada marcó el número telefónico de su madre adoptiva, Mariela

- ¡Lucía! que hermosa sorpresa escuchar tu voz ¿Como te ha ido en tu primer día de trabajo en la escuela? - la voz tan familiar de Mariela le devolvió en parte su equilibrio interno - Fue un día increíble y lo he pasado genial - a kilómetros de distancia Mariela detectó un dejo de preocupación en aquellas palabras - ¿que sucede Lucía? ¿tienes un problema? Cuenta....

Mariela escuchó con atención el relato detallado de la joven. Luego, eligiendo las palabras con sumo cuidado aseguró: - Lucía, si alguien puede ayudar a esta niña, entonces esa eres tu. Tienes un don especial con los demás , tanto con los adultos, como con los niños. Quizás para muchos, sea una tarea imposible de realizar..., pero tu tienes la sensibilidad, la paciencia y el cariño suficiente para lograr incluso lo imposible....

Desde los grandes ventanales la joven observó la siempre fascinante puesta de sol. La tarea que estaba a punto de comenzar no era sencilla, al contrario, representaba un desafío personal enorme. Llegar al corazón y al alma de las personas nunca es tarea sencilla, pero una pequeña niña necesitaba ayuda para iluminar su vida y encontrar la manera de volver a sonreir.......






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