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martes, 6 de diciembre de 2011

Encuentro Sorpresivo (4)

ENCUENTRO SORPRESIVO (4)





Era de tarde, y los tenues rayos de aquel sol primaveral asomaban casi tímidamente por detrás de unas pocas nubes que surcaban el cielo parisino. Sentada en aquella terraza de lujo traté de comenzar con la lectura de Germinal (Émile Zola), historia cruda, y magistralmente escrita que trata sobre la huelga de obreros en el norte de Francia en la década de 1860, aunque finalmente desistí pues debía ocuparme de otro asunto primordial: encontrar el vestido ideal para brillar aquella noche....

Me acerqué a mi armario para revisar mi guardarropa: si bien me había llevado todo tipo de ropa veraniega y cómoda, deportiva y elegante, no encontraba nada lo suficientemente sobresaliente para aquella noche, y decidida salí a la búsqueda del vestido de mis sueños....no había dado dos pasos, cuando una alegre voz interrumpió mis pensamientos:

- ¿Moni?... ¡que sorpresa encontrarte en París!
Aquella voz era inconfundible....girando sobre mis talones y con una gran sonrisa respondí:
- ¡Ana! ¡Que alegría! ¿como estás?
- Pues de maravilla, he llegado ayer a la tarde/noche a París  y mañana sigo camino a Niza, ven - me tomó del brazo y me condujo hacia un pequeño café - vamos a charlar un poco.....
Sentadas en la terraza de uno de los tantísimos cafés de París, y mientras esperábamos la llegada de nuestros refrescos, Ana me preguntó:
- Sinceramente me sorprende encontrarte en París, dime..., ¿cuando has llegado y como te decidiste a realizar este viaje? 
- No lo creerás Ana, pero en realidad la decisión no ha sido totalmente mía - la sorpresa en su mirada era auténtica, ordené mis ideas rápidamente antes de proseguir - verás..., estoy en París gracias a mis  amigas, quienes insistieron de manera tan tenaz para que realizara este viaje......
Me interrumpió con  una mirada chispeante - que simplemente no te has podido negar, cierto?
- Tienes razón -  y después del último sorbo de aquel refresco delicioso prosegui - cuando me encontraste estaba saliendo para  buscar  un vestido muy especial.......



- ¿Un vestido muy especial?, Moni.... ¿acaso tienes una cita? ¡Que fabuloso, cuéntame!
Rápida y someramente le conté lo fundamental de la historia, luego agregué: - me vine preparada para todo tipo de eventos Ana..., menos para una cita romántica y de a dos, espero encontrar lo que busco..., pues debe de ser precioso y un poco fuera de lo común....
-  ¡Moni! ¿Tan enamorada estás que te  juegas el todo por el todo?..., un poco de cordura amiga.....
-  Ana, no me pidas cordura en este instante, tu sabes bien que la razón y el corazón (los sentimientos) no se suelen entender demasiado bien....., y sinceramente en este instante lo único que puedo hacer es sentir.., y dejar que mis sentimientos salgan a la luz, ya han estado demasiado tiempo escondidos y dormidos.....
- De acuerdo, no te presionaré entonces - y con una mirada chispeante agregó - creo que es hora que te ocupes de encontrar tu vestido soñado

Para cualquier mujer encontrar el vestido perfecto para una noche especial  se puede convertir en una verdadera aventura, especialmente en París, en donde las calles están llenas de boutiques que ofrecen al posible cliente una enorme variedad entre la cual elegir...aunque los verdaderos tesoros se los suele encontrar  con bastante dificultad, por lo que me dirigí a aquellas calles de menos importancia comercial y entré en una pequeña tienda de ropa elegante. Una joven vendedora se me acercó:
- Buenas tardes Madame, ¿en que le puedo ayudar?
- Buenas tardes - contesté -  estoy buscando un vestido elegante
- Por aquí Madame - me condujo hasta el fondo del local, donde encontré una amplia gama de vestidos muy elegantes, especialmente de noche - me observó, para luego proseguir - ¿quizás un vestido negro? suelen ser los más buscados y sientan de maravillas a todas las mujeres.....
Observé lententamente aquellos vestidos que me mostraba, eran bonitos y muy elegantes, aunque no era justamente lo que estaba buscando.., de repente, un vestido precioso de color turquesa, con un solo hombro llamó mi atención. Colgaba solo de aquella percha y estaba casi escondido de los demás:
- Me llevo este - dije con una seguridad aplastante
- Bellísima elección, pero Madame no se lo ha probado aun - intervino la vendedora...
- No es necesario - contesté sonriendo - me irá perfectamente..
- Si Madame insiste, encantada..., Au revoir Madame..., 
- Au revoir et merci - con pasos ligeros como el viento regresé al hotel para prepararme para la gran noche.....


A la hora convenida estabas esperando pacientemente en el lobby del hotel. Sonreí para mis adentros al bajar las últimas escaleras hasta llegar junto a tí, me observabas en silencio, tu mirada atenta parecía estudiar cada uno de mis pasos y de mis movimientos....

En ciertos instantes las palabras están de más, son las miradas, con aquel lenguaje tan especial que hablan, que se comunican, era tan sencillo comprender aquella mirada tuya, finalmente, y después de un gran silencio escuché tu voz:
- Mónica, estás simplemente bellísima - no pude contestar, la emoción era demasiado intensa en aquel momento, notándolo agregaste - ven, te llevaré a un lugar soñado....
Por fin pude hablar, con una vos apenas audible contesté:
- Cualquier lugar es soñado si lo puedo compartir contigo
Tu respuesta no se hizo esperar: 
- Lo mismo digo Mónica...., lo mismo digo....
El viaje lo realizamos en absoluto silencio, hasta que:
- Mónica ¿puedes cerrar los ojos por un momento y dejare guiar?
- Por supuesto que si - cerré mis ojos y sentí tu mano agarrando la mía, me guiaste durante lo que parecía una eternidad, hasta que:
- Ya puedes abrir los ojos.....
Cual fue mi sorpresa al encontrarme en el segundo nivel de la Tour Eiffel, a 125 metros de altura, con una vista impactante..., los ojos se me llenaron de lágrimas:
- Muchísimas gracias..., acabás de hacer realidad uno de mis sueños más queridos....
- ¿Uno de los tantos? - preguntaste con voz suave y con una sonrisa.. ¿acaso tienes más que uno?
- Tengo unos cuantos - confesé mientras saboreaba un exquisito champán, disfrutaba de una cena deliciosa y de tu preciosa compañía... - y solo espero que, por lo menos algunos se hagan realidad....
Existen pocas noches perfectas  en la vida de cada uno de nosotros, aquella lo fue en toda su extensión. Finalmente, y después de una larga sobremesa nos retiramos de aquel lugar..., y la luna, aquella compañera tan fiel y tan silenciosa, fue testigo de lujo de nuestro primer beso apasionado a orillas del Sena...., en una cálida noche de primavera de París.....





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