Desde los últimos acontecimientos relatados habían pasado unos cinco días, tiempo en el cual Julia se había contactado con Gabriel, Luís y Manuel para ponerlos al corriente de la delicada y muy preocupante situación, habiendo tomado la determinación de encontrarse todos en casa de Federico (ahora custodiada por efectivos policiales). Llovía en la Ciudad Eterna, y mientras se encaminaba al andén correspondiente para abordar el tren que la llevaría a Florencia, la joven repasó por enésima vez los últimos acontecimientos, y aunque trató de relajarse un poco durante el viaje, sus pensamientos parecían estar anclados en aquel caso que tantos inconvenientes había generado a sus amigos. A su llegada, y al descender del tren, un policía se le acercó:
- Buenas tardes, Pietro Ferrara, oficial de policía a sus órdenes - saludó amablemente mientras le tendía la mano - nuestro comandante Aldo Ramberti la espera en la comisaría, hoy a las 15:30 horas.
- Gracias oficial - a pesar de la situación Julia logró esbozar una tímida sonrisa - como comprenderá todos estamos sumamente preocupados por la seguridad tanto de Joaquín, Federico y Mercedes, - observó el incesante ir y venir de los transeuntes - ¿ya les llegaron mis informes desde Roma? - preguntó ansiosamente, y mientas buscaba un taxi vacío agregó - disculpe nuestro apuro oficial.....
- Es totalmente comprensible - aseguró - los informes llegaron hace tres días al destacamento policial y ya les hemos dado una primera ojeada, ¡Felicitaciones! Realizó una investigación extremadamente exhaustiva - y notando el apuro de la joven - la llevaré personalmente a casa de Federico Santamaría - el rostro de Julia denotaba una sincera consternación - es por su seguridad, órdenes de nuestro comandante
Durante aquel corto viaje Julia tuvo la posibilidad, por primera vez en muchas semanas, de distender su mente. Aquella maravillosa y única ciudad le brindó unos instantes de disfrute y admiración plenos. Aquellas únicas obras de arte lograron tranquilizar tanto su mente como su corazón. Al llegar a destino se despidió de aquel oficial con estas palabras:
- Muchísimas gracias oficial. Nos vemos hoy a las 15:30 horas en el destacamento policial
Por unos instantes observó cada detalle de aquella residencia: la elegancia y simpleza de sus formas, el material y color de sus paredes, los enormes ventanales, la puerta maciza de madera..., finalmente fue Gabriel quien, notando su presencia, le salió al encuentro:
- ¡Julia por fin has llegado! - su rostro denotaba sincera preocupación - desde que llegamos a Florencia no hemos dejado de movernos, tratando de averiguar algo al respecto - la guió hasta aquella enorme y bella galería - ven siéntate - ¿que te parece un jugo (zumo) de frutas frescas recién exprimidas? - la joven sonrió - ¡excelente idea Gabriel! - saludó alegremente a Luis y Manuel con un efusivo abrazo, y volviéndose a Gabriel constató - realmente una exquisitez, y tan refrescante....
Por unos instantes aquella bella casa volvió a llenarse de risas y de alegría, de despreocupación y de chistes constantes. Finalmente fue Manuel quien, con su sencillez habitual volvió a tocar el tema:
- Julia ¿hay alguna novedad sobre Joaquín, Federico y Mercedes? - antes de que la joven pudiera contestar prosiguió - según lo que tenemos entendido el Papiro de la Verdad es un simple documento escrito hace unos pocos años ¿puedes darnos algunas precisiones?
- Con gusto. El llamado Papiro de la Verdad fue escrito hace unos cuatro años atrás por su tío, como legado o, si lo prefieren, testamento para el bien de la familia entera - tres pares de ojos la observaban con creciente atención - como ya es de público conocimiento la familia estaba atravesando uno de sus peores momentos, desatada a partir de varias mentiras, intrigas y malentendidos tejidos con una astucia e inteligencia tales por algunos pocos enemigos, que fue solo después de varios años de búsqueda y averiguaciones detalladas que se llegó al fondo de aquel problema.
- ¿Y esos enemigos de la familia fueron o debería decir son?.....
- El hombre de las mil caras y el Justiciero, exacto Luis, o si lo prefieres: Luis Fuentes y Andrés Pérez. Todo comenzó con un antiguo malentendido entre el padre de Mecha y Luis Fuentes, en aquel momento un total desconocido en el mundo de la literatura. Éste último le había enviado un manuscrito. Se trataba de una novela corta, tipo cuento. En realidad todo lo escrito carecía totalmente de sentido, por todos lados existían cabos sueltos, lo que, obviamente, no lograba interesar a ninguna editorial, y además, estaba redactado con muchísimas faltas de ortografía y con una frialdad que espantaba a cualquiera
- Pero por algo semejante no se comienza a pensar en destruir a una familia - razonó Gabriel - situaciones semejantes pueden sucedernos a todos por igual en algún momento de la vida, ¿en que mente cabe tanta maldad?
- El bien y el mal, la maldad y la bondad son parte no solo de nuestra vida, sino también de nosotros mismos Gabriel - fue una vez más Manuel quien con su sencillez aportó algo de claridad a toda aquella enredadera mental - tenemos la libertad de optar por cualquiera de las dos opciones, de cualquier manera tendremos que vivir con las consecuencias de nuestros actos que serán más o menos graves según nuestra elección personal - se volvió hacia Julia - ¿ya hablaste con la policía? Seguramente estarán más que interesados en el tema
- Debo presentarme al destacamento policial a las 15:30 horas Manuel, allí me espera el comandante Aldo Rambeti, quien me informará de las últimas novedades sobre el tema.... - la joven interrumpió bruscamente su respuesta. Detrás de la gran reja de metal que hacía de puerta principal al jardín de la propiedad, se encontraba un joven quien trataba de convencer a dos policías de guardia que lo dejaran pasar. Sus ropas y su cabello castaño estaban empolvados casi por completo, su andar era trabajoso, sus ojos habían perdido aquel brillo tan característico - miren - exclamó, y dirigiéndose a los demás - ¿ese no es Federico?
- Imposible Julia, Federico jamás usaría ropas tan desaliñadas ni discutiría con la policía - Luís negó enfáticamente con la cabeza - además recuerda: desapareció conjuntamente con Joaquín y Mecha - sin embargo, y pese a la negativa rotunda de los demás, la joven se levantó. Decididamente se dirigió a la puerta:
- Pues no se ustedes - les dirigió una mirada bastante contrariada - pero por mi parte creo que lo mejor es sacarme las dudas al respecto. Conozco lo suficiente a Federico como para saber que jamás actuaría irresponsablemente y menos ante las autoridades - ya más tranquila:- ¿Alguno de ustedes desea acompañarme?.....
Picados en su orgullo, y comprendiendo que habían ido demasiado lejos, los tres la siguieron en absoluto silencio. Dadas las circunstancias era mejor callar y no seguir provocando una tormenta. Pero si aun abrigaban una mínima esperanza de tener razón, ésta desapareció al llegar al enorme portón de metal. Fue una vez más Julia que, con absoluta tranquilidad, se dirigió a uno de los oficiales:
- ¿Que sucede oficial? ¿Por que no dejan pasar a este hombre a la propiedad?
- Este hombre asegura ser Federico Santamaría señorita - amablemente el oficial se dirigió a la joven - pero sus papeles están en pésimas condiciones y no podemos corroborar sus dichos de ninguna manera - totalmente consciente de las miradas de sus tres acompañantes, la joven dio un paso hacia adelante, y dirigiéndose amable pero seguramente al oficial:
- Conozco bien a Federico Santamaría oficial. Nuestra amistad comenzó hace unos quince años atrás. Según creo existen otras maneras de corroborar sus dichos - y con la sonrisa pintada en su rostro - ¿me permite hacerle una pregunta?
Ante tal derroche de amabilidad el oficial no tuvo otra posibilidad que dar su consentimiento. Suave pero tranquilamente la joven se dirigió a aquel "desconocido"
- ¿Me permites ver tus papeles? - el joven asintió y le entregó una cédula en mal estado. Sin embargo, aun se podía leer con bastante claridad lo siguiente: Federico Santamaría (fecha y lugar de nacimiento), domiciliado en (dirección de la finca), Florencia. - Con la sorpresa pintada en su rostro se dirigió al oficial: - ¿cómo es posible oficial que haya podido leer claramente el nombre de Federico Santamaría mientras que ustedes aseguran que es ilegible? - sin esperar respuesta se volvió hacia el joven - Si realmente eres Federico Santamaría - (en voz más baja le susurró al oído - no lo dudo, pero debemos asegurarles a tus primos y especialmente a las autoridades de que lo eres en realidad) - entonces ¿por que no me acompañas hoy a la tarde al destacamento policial? Allí podrán constatar la veracidad de tus afirmaciones
- Será un placer Julia poder acompañarte al destacamento policial - aquella voz era inconfundiblemente la de Federico Santamaría - amablemente se dirigió a los oficiales de policía, quienes boquiabiertos habían seguido aquel intercambio de palabras - ¿me permiten entrar a mi propiedad oficiales? Comprenderán que debo estar en presentables condiciones para hablar con la policía, ¿verdad? - y sin esperar respuesta franqueó aquel enorme portón y se dirigió a pasos lentos pero seguros hacia el interior de la finca.
Mientras tanto Julia se había comunicado telefónicamente con el destacamento policial:
- Buenos días, ¿podría hablar con el Comandante Aldo Ramberti por favor? de parte de Julia Suárez, gracias - y, después de unos segundos de espera: - ¿Comandante? Habla Julia Suárez. Dígame ¿Habrá algún inconveniente si vengo acompañada de Federico Santamaría? Tiene algunas novedades que sorprenderán a muchos - escuchó con atención - perfecto, allí estaremos. Gracias Comandante, hasta luego - con una sonrisa encantadora se volvió a los cuatro jóvenes - todo arreglado, el comandante nos espera a las 15:30 horas.
Todos comprendieron que los próximos días, pero especialmente las próximas horas eran cruciales para resolver definitivamente aquel caso, aunque ninguno de los cinco jóvenes estaba preparado para aquellas cataratas de hechos que se sucederían casi sin pausa. Ni se imaginaban los agitados días que los estaban esperando......
Durante aquel corto viaje Julia tuvo la posibilidad, por primera vez en muchas semanas, de distender su mente. Aquella maravillosa y única ciudad le brindó unos instantes de disfrute y admiración plenos. Aquellas únicas obras de arte lograron tranquilizar tanto su mente como su corazón. Al llegar a destino se despidió de aquel oficial con estas palabras:
- Muchísimas gracias oficial. Nos vemos hoy a las 15:30 horas en el destacamento policial
Por unos instantes observó cada detalle de aquella residencia: la elegancia y simpleza de sus formas, el material y color de sus paredes, los enormes ventanales, la puerta maciza de madera..., finalmente fue Gabriel quien, notando su presencia, le salió al encuentro:
- ¡Julia por fin has llegado! - su rostro denotaba sincera preocupación - desde que llegamos a Florencia no hemos dejado de movernos, tratando de averiguar algo al respecto - la guió hasta aquella enorme y bella galería - ven siéntate - ¿que te parece un jugo (zumo) de frutas frescas recién exprimidas? - la joven sonrió - ¡excelente idea Gabriel! - saludó alegremente a Luis y Manuel con un efusivo abrazo, y volviéndose a Gabriel constató - realmente una exquisitez, y tan refrescante....
Por unos instantes aquella bella casa volvió a llenarse de risas y de alegría, de despreocupación y de chistes constantes. Finalmente fue Manuel quien, con su sencillez habitual volvió a tocar el tema:
- Julia ¿hay alguna novedad sobre Joaquín, Federico y Mercedes? - antes de que la joven pudiera contestar prosiguió - según lo que tenemos entendido el Papiro de la Verdad es un simple documento escrito hace unos pocos años ¿puedes darnos algunas precisiones?
- Con gusto. El llamado Papiro de la Verdad fue escrito hace unos cuatro años atrás por su tío, como legado o, si lo prefieren, testamento para el bien de la familia entera - tres pares de ojos la observaban con creciente atención - como ya es de público conocimiento la familia estaba atravesando uno de sus peores momentos, desatada a partir de varias mentiras, intrigas y malentendidos tejidos con una astucia e inteligencia tales por algunos pocos enemigos, que fue solo después de varios años de búsqueda y averiguaciones detalladas que se llegó al fondo de aquel problema.
- ¿Y esos enemigos de la familia fueron o debería decir son?.....
- El hombre de las mil caras y el Justiciero, exacto Luis, o si lo prefieres: Luis Fuentes y Andrés Pérez. Todo comenzó con un antiguo malentendido entre el padre de Mecha y Luis Fuentes, en aquel momento un total desconocido en el mundo de la literatura. Éste último le había enviado un manuscrito. Se trataba de una novela corta, tipo cuento. En realidad todo lo escrito carecía totalmente de sentido, por todos lados existían cabos sueltos, lo que, obviamente, no lograba interesar a ninguna editorial, y además, estaba redactado con muchísimas faltas de ortografía y con una frialdad que espantaba a cualquiera
- Pero por algo semejante no se comienza a pensar en destruir a una familia - razonó Gabriel - situaciones semejantes pueden sucedernos a todos por igual en algún momento de la vida, ¿en que mente cabe tanta maldad?
- El bien y el mal, la maldad y la bondad son parte no solo de nuestra vida, sino también de nosotros mismos Gabriel - fue una vez más Manuel quien con su sencillez aportó algo de claridad a toda aquella enredadera mental - tenemos la libertad de optar por cualquiera de las dos opciones, de cualquier manera tendremos que vivir con las consecuencias de nuestros actos que serán más o menos graves según nuestra elección personal - se volvió hacia Julia - ¿ya hablaste con la policía? Seguramente estarán más que interesados en el tema
- Debo presentarme al destacamento policial a las 15:30 horas Manuel, allí me espera el comandante Aldo Rambeti, quien me informará de las últimas novedades sobre el tema.... - la joven interrumpió bruscamente su respuesta. Detrás de la gran reja de metal que hacía de puerta principal al jardín de la propiedad, se encontraba un joven quien trataba de convencer a dos policías de guardia que lo dejaran pasar. Sus ropas y su cabello castaño estaban empolvados casi por completo, su andar era trabajoso, sus ojos habían perdido aquel brillo tan característico - miren - exclamó, y dirigiéndose a los demás - ¿ese no es Federico?
- Imposible Julia, Federico jamás usaría ropas tan desaliñadas ni discutiría con la policía - Luís negó enfáticamente con la cabeza - además recuerda: desapareció conjuntamente con Joaquín y Mecha - sin embargo, y pese a la negativa rotunda de los demás, la joven se levantó. Decididamente se dirigió a la puerta:
- Pues no se ustedes - les dirigió una mirada bastante contrariada - pero por mi parte creo que lo mejor es sacarme las dudas al respecto. Conozco lo suficiente a Federico como para saber que jamás actuaría irresponsablemente y menos ante las autoridades - ya más tranquila:- ¿Alguno de ustedes desea acompañarme?.....
Picados en su orgullo, y comprendiendo que habían ido demasiado lejos, los tres la siguieron en absoluto silencio. Dadas las circunstancias era mejor callar y no seguir provocando una tormenta. Pero si aun abrigaban una mínima esperanza de tener razón, ésta desapareció al llegar al enorme portón de metal. Fue una vez más Julia que, con absoluta tranquilidad, se dirigió a uno de los oficiales:
- ¿Que sucede oficial? ¿Por que no dejan pasar a este hombre a la propiedad?
- Este hombre asegura ser Federico Santamaría señorita - amablemente el oficial se dirigió a la joven - pero sus papeles están en pésimas condiciones y no podemos corroborar sus dichos de ninguna manera - totalmente consciente de las miradas de sus tres acompañantes, la joven dio un paso hacia adelante, y dirigiéndose amable pero seguramente al oficial:
- Conozco bien a Federico Santamaría oficial. Nuestra amistad comenzó hace unos quince años atrás. Según creo existen otras maneras de corroborar sus dichos - y con la sonrisa pintada en su rostro - ¿me permite hacerle una pregunta?
Ante tal derroche de amabilidad el oficial no tuvo otra posibilidad que dar su consentimiento. Suave pero tranquilamente la joven se dirigió a aquel "desconocido"
- ¿Me permites ver tus papeles? - el joven asintió y le entregó una cédula en mal estado. Sin embargo, aun se podía leer con bastante claridad lo siguiente: Federico Santamaría (fecha y lugar de nacimiento), domiciliado en (dirección de la finca), Florencia. - Con la sorpresa pintada en su rostro se dirigió al oficial: - ¿cómo es posible oficial que haya podido leer claramente el nombre de Federico Santamaría mientras que ustedes aseguran que es ilegible? - sin esperar respuesta se volvió hacia el joven - Si realmente eres Federico Santamaría - (en voz más baja le susurró al oído - no lo dudo, pero debemos asegurarles a tus primos y especialmente a las autoridades de que lo eres en realidad) - entonces ¿por que no me acompañas hoy a la tarde al destacamento policial? Allí podrán constatar la veracidad de tus afirmaciones
- Será un placer Julia poder acompañarte al destacamento policial - aquella voz era inconfundiblemente la de Federico Santamaría - amablemente se dirigió a los oficiales de policía, quienes boquiabiertos habían seguido aquel intercambio de palabras - ¿me permiten entrar a mi propiedad oficiales? Comprenderán que debo estar en presentables condiciones para hablar con la policía, ¿verdad? - y sin esperar respuesta franqueó aquel enorme portón y se dirigió a pasos lentos pero seguros hacia el interior de la finca.
Mientras tanto Julia se había comunicado telefónicamente con el destacamento policial:
- Buenos días, ¿podría hablar con el Comandante Aldo Ramberti por favor? de parte de Julia Suárez, gracias - y, después de unos segundos de espera: - ¿Comandante? Habla Julia Suárez. Dígame ¿Habrá algún inconveniente si vengo acompañada de Federico Santamaría? Tiene algunas novedades que sorprenderán a muchos - escuchó con atención - perfecto, allí estaremos. Gracias Comandante, hasta luego - con una sonrisa encantadora se volvió a los cuatro jóvenes - todo arreglado, el comandante nos espera a las 15:30 horas.
Todos comprendieron que los próximos días, pero especialmente las próximas horas eran cruciales para resolver definitivamente aquel caso, aunque ninguno de los cinco jóvenes estaba preparado para aquellas cataratas de hechos que se sucederían casi sin pausa. Ni se imaginaban los agitados días que los estaban esperando......



No hay comentarios:
Publicar un comentario