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jueves, 10 de noviembre de 2011

Encuentro Sorpresivo (2)

ENCUENTRO SORPRESIVO (2)




Amanecía lentamente sobre París. Me había despertado con la primera claridad del día y sentada en aquella terraza encantadora, rodeada de aquellas flores tan maravillosas  que la adornaban, observé detenidamente como el sol comenzaba a colorear lenta y delicadamenrte sus calles y boulevares, sus plazas y sus puentes, culminando finalmente su travesía en lo alto de la Tour Eiffel, hasta  iluminar con sus rayos a toda la ciudad, logrando otorgarle ese brillo tan especial que la caracteriza..., notando como sus calles y boulevares comenzaban a cobrar vida, color y alegría. Sentada en aquella terraza tan preciosa, y disfrutando de una vista impresionante de la ciudad luz, saboraba mi desayuno verdaderamente exquisito,  cuando, de repente tocaron a la puerta:

- La mujer más bella del Universo me haría muy feliz si me acepta como su guía privado de ahora en más hasta el final de su estadía - ..., s'il vous plaît Madame....¿Me haría tal honor?
Sorprendida e intensamente conmovida observé  el rostro  de aquella persona, de aquel amigo que, con su habitual  y maravillosa naturalidad siempre lograba desarmarme por completo, y que  estaba dispuesto a hacer que mi estadía fuera inolvidable.
- Acepto encantada tu proposición tan especial - respondí  finalmente con una sonrisa - sabes de antemano que no me puedo negar a ninguna de tus propuestas - y agregué con creciente interés: - ¿puedo preguntar a donde vamos?
- Lamentablemente mis labios están sellados - contestaste con un guiño más que pícaro  de tus ojos.
- No me digas - exclamé en el mismo tono de broma - ¿estás seguro de que ningún poder terrenal podrá abrirlos.., aunque sea un poco?
- Muy seguro - trataste de darle un tono de seguridad y seriedad a tu voz, aunque fue imposible, finalmente nos echamos a reir los dos: la situación era demasiado cómica, luego añadiste: - creo recordar que te gusta la pintura, especialmente la impresionista....






Súbitamente comprendí..., mis ojos chispearon de alegría al responder:
- Ya comprendo - y después de una minúscula pausa - ¿Acaso me llevas a recorrer el Museo d'Orsay?
Súbitamente frenaste tus pasos observándome con muchísima atención, una expresión de intensa alegría cruzó tu rostro al contestar:
- Siempre sostuve que eres maravillosa Mónica -  de más está decir que mis mejillas ardían intensamente, y notándolo agregaste: - y ahora eres aun más encantadora que antes.
- ¿Encantadora y maravillosa? - contesté con un hilo de voz - pero si solo somos amigos....
- También las amigas pueden ser encantadoras, maravillosas y especiales personas Mónica, y si a todo ello le agregas tu enorme corazón....
Tus palabras hicieron brotar lágrimas de emoción.., nos conocíamos muy bien desde hace tiempo, sentíamos un cariño, respeto y admiración enormes el uno por el otro, y también disfrutábamos hablar largo y tendido sobre todo tipo de temas.., pero nunca antes habíamos tenido una conversación tan íntima, tan privada y tan personal. Notaste mis lágrimas y mi estado de turbación al instante.., y como respuesta recibí un abrazo largo y tendido, tierno y tranquilizador a la vez.
- ¿Mejor? - preguntaste - ven, sigamos nuestro camino, de otro modo jamás llegaremos a destino. Mira estamos llegando ¿Que dirán tus amigos pintores cuando noten tu seriedad?..., creo que no estarán muy felices.....
Una sonrisa iluminó tibiamente mi rostro - eres increíble - respondí, aun con los ojos húmedos - siempre encuentras la manera de hacerme sentir mejor, de arrancarme una o varias sonrisas y de iluminar mi día.....





Aquel Museo siempre me había interesado, y, desde hacía tiempo había deseado disfrutar de aquella colección  de pintura impresionista que tanto me llegaba al alma. Con enorme respeto y admiración me detuve ante cada uno de los cuadros por largo tiempo, totalmente absorbida y compenetrada en aquellos colores, aquellas formas, luces y sombras. De repente tu voz interumpió aquel momento tan especial:
- ¿Vienes? , aun nos queda muchísimo por recorrer, ver y disfrutar, de lo contrario no llegaremos a darle un pantallazo general....
- Discúlpame - respondí con absoluta franqueza y respeto - pero prefiero quedarme un rato más a disfrutar de estas bellezas un poco más en detalle, si no te incomoda, por supuesto...
Tu respuesta no tardó en llegar:
- Me agrada tu  determinación, es más no conozco persona alguna que se tome la visita a un museo tan en serio y que disfruta tanto de ello - con una sonrisa agregaste: - podemos regresar en cualquier instante y ver el resto del museo, me tendrás que contar  en otro momento lo que estos cuadros te han dicho, y como los has percibido.
- De acuerdo - contesté sonriendo - prometo ser muy descriptiva al respecto. 
Regresamos a aquellas salas  de arte impresionista, y aquellos cuadros comenzaron a cobrar vida, cada uno tenía una historia particular para contar, una enseñanza distinta para compartir. Allí estaban plasmados no solo el talento de aquellos artistas, sino también sus sueños, sus ilusiones, sus miedos, sus frustraciones y su dolor. Luz, color, sol y sombra, claro y oscuro..., una paleta de sensaciones, de emociones y de sentimientos, como la vida misma. 

Finalmente, y casi a la hora del cierre  regresamos  en silencio y abrazados recorrimos  las calles de París hasta llegar al hotel, despidiéndonos con un tenue, primer beso......Nuestra próxima aventura estaba a punto de comenzar..., y cambiaría nuestra vida para siempre







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